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La salida fué un tanto extraña, èramos sólo 26 participantes y aquello parecía más una quedada que una carrera, pero bueno, tampoco es que yo sea fan de carreras masificadas. Enseguida atravesamos el pueblo y comenzamos la subida a Merillés por entre bosques. La superficie nos va a dar idea de cómo nos encontraremos las bajadas: mucha piedra, algo de roca viva y todo bien regado por las lluvias nocturnas. A partir de Merillés el bosque deja paso a los matorrales y, tras algunas pendientes pronunciadas pasamos por el dolmen, sobre el cual estaba instalado el primer avituallamiento. Ahora comienza un tramo de sube y bajas que me recuerda mucho a la montaña de Luarca. Este tramo acaba en una carretera bajo Peña Manteca que nos lleva a la primera bajada, hasta donde llego con una corredora del Torbolín que lleva un ritmo muy constante y bueno.
Muchos me llamarán exagerado, pero creo que sólo por esta primera bajada ya merece la pena venir hasta aquí a correr esta carrera. Es bastante
técnica, sobre todo por las piedras, de tamaño mediano e incluso grande.
Estaba bastante resbaladiza por la humedad. Pero sobre todo me llamó la
atención el bosque que se atraviesa. Quería hacer esta bajada
conservando pierna, pero no pude resistirme a soltar un poco :)
Una vez terminada la bajada avituallamiento y, tras un tramo llano por
un sendero estrecho comienza la subida por una zona salpicada de
cabañas. Este tramo, también guapo, sube hasta un repetidor donde
comienza una bajada por pista que enseguida se transforma en sendero
para llegar al tercer avituallamiento.
Pasado este punto seguimos bajando por un sendero que acabará
convirtiéndose en un barrizal complicado por la cantidad de metros sin
árboles a los que cogerse para evitar caídas. Personalmente, aquí entre
bajar de culo directamente o intentar "esquiar" hasta el árbol más
cercano opté por lo segundo y me salió bien la jugada. El resto, sin ser
fácil, ya no era tan complicado.
Superado el barrizal se cruzaba un arroyo y comenzaba la tercera y
última subida, la menos complicada de las tres, tanto por pendiente como
por desnivel. Aquí pude correr un poco en algunos pasajes.
Al coronar último avituallamiento, donde no paro, y a seguir bajando por
entre praos por un estrecho y empinado sendero donde tengo un pequeño
susto. El camino desemboca en una pista enseguida por la que se baja muy
rápido hasta la carretera. Ya sólo queda subir a la parte alta de Tuña
(donde por apretar mucho me dieron unos toques los gemelos) e ir bajando
hacia la meta donde consigo entrar en 2h 52', tiempo que me deja un
buen sabor de boca ya que no esperaba bajar de las 3h.
En cuanto a la carrera, creo que merece la pena: el trato al corredor es
bueno, el entorno es muy chulo y Tuña no está tan lejos (desde Langreo
tardamos sobre 1h en cada trayecto). Además, puede aprovecharse para
visitar un poco el occidente, que tiene muchas cosas que ver y muy
interesantes.
Como aspectos positivos lo que más me gustó fue el profuso marcaje que
hacía difícil despistarse. El recorrido en sí está muy bien también. La
bolsa del corredor la encontré generosa y tampoco se escatimó ni en
avituallamientos ni en la espicha.
Como aspectos a mejorar, me parece que se utilizó demasiado el spray, no
se pueden pintar paredes de casas particulares (Merillés) ni zonas de
cabañas (segunda subida). Una cuerda en el tramo de barro aportaría
mucha seguridad y probablemente evitaría algún golpe. El avituallamiento
sobre el dolmen tengo que reconocer que no lo veo claro tampoco.
Personalmente me gustaría volver a Tuña pero, si puede ser, para conocer
el resto del recorrido propuesto para los 37km. Creo que es un carrerón
que tiene la mala suerte de coincidir en el calendario con Alto Aller y
UTPE (ambas se celebran la semana anterior) y esto aleja a mucha gente
de esta interesante prueba. También es verdad que cada vez es más
difícil encontrar fechas y que el occidente "no tira" tanto como el
oriente.
Buena Robert..
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