El Desafío Somiedo ha sido una grata sorpresa
para mí, no sólo por su entorno natural sobradamente reconocido, si no por
todas las cosas positivas que he podido apreciar durante toda la jornada.
Personalmente y en
consenso con otros muchos corredores se trata de una prueba muy recomendable y
bien organizada, la cual no dudaré en repetir en los próximos años si se dan
las condiciones personales oportunas.
He comenzado la
redacción con esta reducida conclusión, con intención de que todos los que
comiencen a leer esta crónica, tengan claro que se trata de una excelente
carrera y participen en ella. De aquí en adelante nada hay de relato épico,
cargado de superación personal, por tanto quien espere esto, puede abandonar en
este mismo instante su lectura, o por el contrario detenerse un par de minutos
y reflexionar sobre esta humilde opinión.
Las carreras las hacen
grandes, quienes participan en ellas. No me refiero únicamente a aquellos con
grandes marcas y mayor tirón mediático, lo cual es indudable, si no a los otros
muchos que completamos las inscripciones, los organizadores, los colaboradores y
el público presente en el recorrido. A todos ellos, mi mas sentida enhorabuena.
Durante toda la carrera y especialmente en los momentos difíciles he podido
sentir en mis propias carnes, compañerismo, humildad y reconocimiento personal.
Destaco estos tres valores por que sin ellos no existe la competición y por
tanto tampoco el deporte.
Es fácil preveer que pueda concluir con un: Chapo Desafío Somiedo.
Autor: Fernando Mendez
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