miércoles, 18 de noviembre de 2015

Una mañana bien aprovechada

El lugar: sector norte del macizo de Ubiña.
El plan: ascender varios picos y llegar a casa para comer.
El equipo: un par de buenos mangantes.

Lo bueno de madrugar son éstas cosas...


Con estas premisas nos plantamos en el Puerto de Ventana para conocer una zona que ninguno había visitado con anterioridad, cosa que siempre es un gran punto a favor de cualquier actividad. Y no pudimos empezar con mejor pie porque nos recibió un amanecer de los que recuerdas una buena temporada. Como también recuerdas el frío que hacía.

El principio de la ruta no es muy halagüeño: recorre una explotación abandonada de carbón a cielo abierto, pero para los que nos interesa la arqueología industrial puede tener incluso su punto. Enseguida se sigue por una loma donde es posible seguir el rastro de la Guerra Civil (algo bastante habitual en Ubiña).
Abajo a la izquierda una fortificación con huecos para disparar. Obviamente apuntando hacia León
Al poco tiempo se alcanza la suave cumbre del Busbudín (o Rebollosas) de 1.928 m desde donde es posible apreciar gran parte del recorrido y, en el día de hoy, disfrutar de un bonito mar de nubes hacia Babia. Sin detenernos mucho tiempo bajamos hacia la Collada de Socellares, donde tomamos un sendero que nos conducirá a la collada inmediata a Peña Melluque. Mientras subimos un rebeco nos observa desde lo alto de una peña recortándose contra el azul del cielo.
Desde la collada llegamos en muy poco tiempo a Peña Melluque (2.049 m), primer dosmil del día. Foto y casi sin parar continuamos hacia el Huerto del Diablo Norte (2.105 m), también llamado Llaseiro o Socellares. La panorámica que se nos abre hacia el este es impresionante: los puertos de Agüeria, Peña Rueda, Tapinón y Siegalavá, Fariñentu con el Canalón del Infierno y, cómo no, Los Fontanes, que ascendimos hace poco con visibilidad cero. Seguimos sin saber lo que se ve desde arriba, pero al menos los hemos disfrutado desde una perspectiva menos habitual.
Buenas vistas hacia Somiedo, en un día muy diáfano
Tras una parada algo más larga continuamos hacia el Huerto del Diablo Sur (2.133 m) por las laderas contiguas. Después toca bajar hacia la Peña del Arca (2.081 m) donde paramos casi exclusivamente a hacernos la foto y seguimos atravesando un terreno incómodo hacia el Ranchón, antes de subir al cual nos encontraríamos con la desagradable sorpresa de 3 latas de cerveza vacías abandonadas por algún cerdo de montaña (y que, por supuesto, nos echamos a la espalda).
Huerto del Diablo norte desde el Huerto del Diablo sur
Bajando de la Peña del Arca y ya camino del Ranchón
En la cima del Ranchón (2.152m) nos tomamos un descanso más largo para picar algo y disfrutar de las vistas, que posiblemente sean las mejores del día.
Agüeria, Peña Rueda y hasta los Picos de Europa

Continuamos después de un rato y decidimos acercarnos al Pachón (2.097 m). Esta parte de la travesía que es bastante menos nombrada en libros, blogs y otras referencias nos resultó la más interesante de la travesía: la ascensión la realizamos por la arista norte, con una entretenida trepada que nos dejó en su exigua cima, señalada sólo por un montón de piedras. Se nota que esta zona empieza a estar menos trillada.
Principio de la trepada


Cima del Pachón, ¡con Triki cumbrero!
Tras la bajada nos planteamos rodear La Mojonera (2.102 m), pero finalmente nos calentamos y la subimos también, utilizando un poco las manos para coronar. Otra vez no hay buzón para recibirnos. Me encanta :)
Llegando a la cima de La Mojonera

Con 7 dosmiles en la buchaca, aunque con ganas de hacer aún más (nos quedaron La Cigacha y el Colines) empezamos a perder desnivel por una incómoda ladera hasta la majada del Arca... O lo que queda de ella. Después seguimos casi hasta la Collada de Socellares y entroncamos con el camino de por la mañana por el que volvimos al inicio de la ruta algo cansados pero contentos tras haber disfrutado de un nuevo paisaje como éste.














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