jueves, 5 de noviembre de 2015

Catorce menos uno: crónica de una ascensión a Los Fontanes

Este año he aprendido que hay más motivaciones para salir a la montaña que el paisaje. He hecho mi primera excursión nocturna, he salido con lluvia, con niebla... Y antes de que nadie ponga el grito en el cielo, siempre en unas condiciones de seguridad razonables.
Uno de los momentos más despejados del día...

Así que, cuando este lunes nos aproximábamos a la vega del Meicín y vi que, claramente, el tiempo iba a ser malo, ni me inmuté. Tras un pequeño despiste al tomar el camino de la Forqueta del Portillín llegamos a los Joyos de Cueva Palacios, que no pudimos disfrutar pues la visibilidad se reducía a unas decenas de metros. A partir de este punto el frío comenzó a ser significativo, por lo que cada uno se equipó como pudo con lo que llevaba en la mochila.
La trepada tras la Horcada del Fontán vista desde arriba

La subida del Canalón del Buey transcurrió como es habitual: dos pasos para alante y uno para atrás. Repetir. Aquí echamos de menos el habitual ambiente alpino del lugar que la niebla se empeñaba en ocultar. Creo que la subida sin ella hubiera sido más impresionante aún, pero cuando te levantas muy temprano y te plantas en Tuiza, si las condiciones lo permiten, está bien hacer algo aunque sea dar un mero paseo.
Poco a poco conseguimos llegar al estrechamiento final y desembocamos en la Horcada del Fontán, donde comemos algo y nos reagrupamos. A partir de este punto hay una pequeña trepada que superamos enseguida y una ladera pedregosa que nos deja en las cumbres primero del Fontán Sur y después del Fontán Norte.
Ojo al elemento de encima del buzón :D

Una vez aquí arriba no puedo evitar acordarme de la primera vez que me propuse subir a Los Fontanes hace ya 13 años, ascensión que por una causa u otra fui postergando hasta este día. No es que se me salten las lágrimas, pero sí supone un extra de alegría en la cima.
Los Fontanes vistos desde El Siete (mi primera cumbre de Ubiña) hace 13 años. Ese día aluciné con la verticalidad de esta zona.

Ésta la añado sólo para que se vea que no miento, que es verdad, que fue hace 13 años :D

Este tipo de cumbres suelen tener el incentivo de poder verse impresionado por su verticalidad desde su relativamente cómoda cúspide, pero nuevamente la niebla nos impidió disfrutar del espectáculo, así que, como además empezó a lloviznar, nos hicimos unas fotos y volvimos sobre nuestros pasos a la tranquilidad del Meicín, donde el grupo se escindió en dos: unos a fartar en el refugio y el resto para Tuiza.

Bajando de la cumbre

Bajo los portillines

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