miércoles, 13 de enero de 2016

Transcandamia 2016 por Victor Mora.


Y por fin llegó el domingo 10 de Enero, llegó el día de correr la Transcandamia en León. Meses atrás me había apuntado a esta carrera sin saber mucho de ella, solamente por referencia de dos compañeros de equipo que ya la habían corrido hace un par de años. Los 500 dorsales disponibles volaron en 4 horas, conseguimos dorsal cuatro Cumbreros: Diego, Kike, Manuel Rebolo y un servidor. Con ellos compartiría las aventuras del día.
Las previsiones eran malas y no fallaron, toda la semana lloviendo y para ese día no lo daban mejor, agua y más agua. A las 7:00 de la mañana salimos de La Felguera con tiempo suficiente (y menos mal….) y nos dirigimos a León, donde en las inmediaciones de Pajares nos recibe una nevada curiosa, esto empieza a prometer. La nieve se quedaría en el puerto, llegando a León se transformaría en agua.
Tenemos que recoger los dorsales de 8:30 a 9:30, vamos bien, tenemos tiempo suficiente, aunque no nos podemos despistar mucho. Para asegurar el camino nos dejamos guiar por el navegador de uno de nuestros teléfonos, que nos hizo dar un par de vueltas a la circunvalación de León. Cuando parece que encontramos el camino correcto, kike se da cuenta de que la dirección que llevamos nos aleja del punto de inicio de la carrera, así que toma el mando con su gps y nos guía por un “atajo”……. Todo bien hasta que el camino va perdiendo su asfaltado, hormigonado….se convierte en camino de tierra y más adelante en un fangal de tres pares…. Y allí estábamos a escasos 200 metros del inicio de la carrera atrapados en un camino de barro. NO PODÍA SER VERDAD!!! Los compañeros no lo dudaron, se bajaron del coche y empujaron hacia atrás, había que sacar el coche de allí, “la carrera no podía terminar allí”. Al final, el coche salió, mis compis llenos de barro y a mí según me dicen, la cara me cambió tres o cuatro veces de color. Buffff…..menos mal. Vamos a por el dorsal que quedan 5 min.
Recogemos el dorsal y a prepararse. Hace frío y llueve, así que a calentar un poco y a empezar a correr.
 La salida puntual a las 10:00, los primeros km son un pisteo alrededor de la Urbanización para estirar el grupo, pronto empezarían las continuas subidas y bajadas.
Cortas pero muy intensas. Vamos los cuatro cumbreros juntos, peleándonos con el cada vez más impracticable terreno que se convertía en barro. Antes del primer avituallamiento y en una zona de continuos sube y baja me quedo algo atrás, siempre viendo a mis compañeros pero sin poder seguirles, decido no forzar mi ritmo, hay que terminar y un pinchazo en los isquios me amenazaba.

En el primer avituallamiento bebo agua y como un trozo de chocolate y a seguir, mis compañeros estaban allí esperando, continuamos camino juntos.

La carrera empezaba a ponerse dura, los km y el barro ya pasaban factura y volvía a rezagarme un poco, después de otra tanda de sube-baja llegamos a una zona más corredera para llegar al segundo avituallamiento. Reponemos fuerzas, algo de fruta, hidratarse algo y adelante.

A partir de aquí me quedé algo atrás, no podía salirme de mi ritmo si quería terminar, mis compañeros intentaron que me enganchara, pero les comenté que tiraran, ellos iban mejor.
Subidas, bajadas peligrosas donde me caí unas cuantas veces y en las que era mejor bajar de culo que intentar tenerse de pié. Barro, barro y más barro. Entre caídas y barrizales se llegaba al final de la prueba donde esperaba “LA ANIBALADA”, una rampa de 200 m. con un 30% de desnivel y con barro, mucho barro. Lo mejor de todo, los ánimos de la gente que te empujaba hacia arriba, cada paso que dabas era un aliento de ánimo que te hacían sacar fuerzas de donde no las había. La meta estaba al final, con mucho sufrimiento y con mucha satisfacción llegaba. TRANSCANDAMIA CONSEGUIDA.


Tras las felicitaciones con mis compañeros y un pequeño avituallamiento rápido, porque estaba muy frío nos vamos al coche para quitarnos el barrizal que llevamos encima. Como podemos nos quitamos la ropa, nos ponemos algo seco (alguno….porque mis compis bajaron a León en gallumbos….) y vamos a un polideportivo con piscinas para ver si nos dejan ducharnos.
El señor de la recepción no nos pone impedimento alguno, es más, no nos cobra nada por utilizar las instalaciones, cosa que es de agradecer en momentos donde una ducha para entrar en calor es lo que más quieres en este mundo. GRACIAS POR ESTE GESTO. Así que allá vamos, desde el coche al polideportivo, unos con pantalones y otros en calzoncillos a la tan ansiada ducha.
Después de entrar en calor es hora de recuperar fuerzas, así que como Ezequiel está de camino, no vamos a tener más remedio que parar. Buena comida, buen ambiente y compañía y para Asturias.
Entre las cosas a mejorar de la prueba, diría los avituallamientos, que me parecieron algo pobres, y la infraestructura para las duchas. Esto último es algo que tienen que plantearse muy en serio, en días con las condiciones del domingo puede haber problemas serios de hipotermia con estas condiciones.
El resto, carrera recomendable, distinta a una carrera de montaña convencional pero divertida y con gran ambiente. El trabajo y los ánimos de los voluntarios IMPAGABLE.

Víctor Mora

2 comentarios:

  1. Buen trabajo,en el barro y en el papel.
    Enhorabuena a todos. ..😏

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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